Seminario en Manchester Mayo 2016: Incluso la sala de entrenamiento sudaba

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Una de las formas que tiene el cuerpo de eliminar el exceso de calor es a través del sudor. Es un líquido orgánico que habitualmente se genera por el movimiento, diríamos que cuando el ritmo del corazón acelera entonces uno empieza a sudar.

Me atrevería a decir que el sudor es una forma de comunicación y aprovecho para darle sentido a este argumento recordando las palabras del Maestro Hatsumi: “el sudor cuando es compartido elimina las diferencias”

Me dijo el instructor Armiche originario de Tenerife residiendo actualmente en Inglaterra apuntando las cañerías de la calefacción del lugar de entrenamiento que estaban llenas de gotas “Pedro hasta el Dojo está sudando”. Y de aquí procede el título de este artículo.

Fueron 8 horas de entrenamiento muy intenso entre los dos días. Apenas hicimos descansos de quince minutos esporádicos, sin almorzar pero hidratándonos y masticando alguna que otra barra de cereales mientras casi ya estábamos de lleno en el movimento nuevamente.

Siempre hay una excusa como tema del entrenamiento. En esta ocasión fue el Shinden Fudo Ryu. Desarrollamos 16 técnicas básicas acompañadas por infinitas variaciones y correcciones. Había una ambiente impresionantemente fértil para el entrenamiento. Todos y digo todos sin importar el grado pusieron lo máximo de si mismos, imponiendo su voluntad al aparente cansancio que a veces nos hacía apoyarnos en la pared por micras de segundos.

Hablamos de muchos temas, intentamos entre todos que lo que decíamos se convirtiera realidad en el movimiento. Nos esforzamos por conquistar la zona neutra de la comprensión y no compresión..

Las técnicas son un concepto muy usual para definir una acción o un conjunto de ellas. Me gusta más usar la palabra movimiento hasta que desaparezca y luego se convierta en fluir.

El concepto técnica me parece muy mecanicista, obviamente útil en la docencia y en situaciones variopintas. El movimiento recrea la vida. Fuir la concatenación que nos conquista desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte.

La concepción religiosa y filosófica occidental se basa en las creencias y las orientales en el sentímiento. Así podemos entender mejor la razon po la cual El Maestro Hatsumi nos solicita cuando nos ejecuta un movimiento: ¿cual es tu sentimiento por favor?.

Quiero agradecer a mi al instructor David Castán su labor organizativa, su humildad, su buen hacer y su comprensión de este hermoso arte. El Junto con Armiche me hicieron las traducciones, a ambos mil gracias. Por supuesto deseo mostrar mi gratitud a todos los asistentes, alumnos e instructores de España (Almería) liderados por el shihan Frank Tortosa, a Thomas de Estonia, a Bruno y Galo de Portugal que además me sirvieron de asistentes para mostrar las técnicas durante todo el seminario haciendo una labor muy valiosa. Feliz de tener al shihan Marcus Dwer querido y respetado disculo con sus alumnos de Irlanda, a mi alumna Ana Rosa que se desplazó de Alemania y a todos los que hicieron el esfuerzo de viajar desde diversas partes del Reino Unido para este saludable y armonioso evento.

Dar la enhorabuena a los dos nuevos 5 Danés, Phil de Inglaterra y Anders de Irlanda.

Hasta pronto amigos y amigas. Nos vemos flotando sobre el tatami.

Pedro Fleitas González

www.pedrofleitasbalance.com www.pedrofleitasbujinkan.com

«Cuidar la democracia»

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Ningún régimen político dura por sí solo para siempre. Ninguna civilización está garantizada para la eternidad. Más bien al contrario, la historia está llena de ejemplos de sociedades que llegaron a ser las más avanzadas en su momento histórico y terminaron por desaparecer.

Es grande la capacidad del ser humano para autodestruirse. Esto vale para los individuos y para las sociedades, el instinto de la autodestrucción no ha parado de hacer daño a las mejores sociedades a lo largo de la historia.

Llegado a un importante nivel de desarrollo siempre aparece una sensación de cansancio social dispuesto a cambiar todo, sin saber hacia dónde, que suele terminar por destruir las conquistas que tanto esfuerzo costaron. Momentos que se reproducen en etapas de crisis aprovechadas por los oportunistas y vendedores de mágicas soluciones inmediatas.

Son muchos los indicadores que advierten de que ese momento puede llegar, pero hay algunos que son muy claros. Uno de ellos es la falta de compromiso para defender las ideas y valores que han producido ese progreso frente aquellos que lo atacan.

Cuando incomoda defender viene el “qué más da», que termina conduciendo al absolutismo del relativismo, paso previo a las imposiciones de otros valores y al triunfo de las contraculturas. Antes de que el ciudadano se dé cuenta, los valores sobre los que se asentaba la sociedad en la que creían se disuelven mucho antes de que caigan en la cuenta de esas renuncias, ganando los adversarios, por lo tanto, la batalla de las ideas e imponiendo su relato.

También sucede que, ante imperfecciones concretas, lejos de corregirlas para seguir avanzando y evolucionando, lo que se hace es cuestionar y destruir todo, muchas veces sin tener claro qué se quiere.

Decía Adolfo Suárez que cuando dudaba a la hora de elegir entre dos opciones siempre seguía el camino más incómodo. Con ello explicaba que las decisiones más correctas suelen ser las que más incomodidades generan, por lo que la conciencia suele encontrar razones para escoger el camino más cómodo.

Otro indicador es el populismo. Ya se sabe que el populismo es hijo del buenismo. Cuando la dosis diaria de buenismo ya no te calma la adición te hace pasar al nivel más duro, que es el populismo.

El populismo consiste, básicamente, en decirle a los ciudadanos que no tienen que preocuparse de nada ni asumir la responsabilidad de su vida porque de eso ya se encarga el Estado por ellos, lo que es fácil de creer en época de crisis. Para la mayoría de los populismos, esa sociedad feliz se consigue eliminando las instituciones que existen, derogando los valores que la inspira y caminando hacia un cielo terrenal donde nadie es más ricos que otro, igualitarismo a lo que llaman democracia social.

Para alcanzar esa supuesta  democracia social hay que recortar las libertades, al parecer un privilegio que usan los de arriba, según su lenguaje, para dominar a los de abajo.

Nadie ha podido contar cómo es ese cielo terrenal puesto que nadie ha llegado a él. Es una aventura que se queda por el camino anulada por la tiranía y la pobreza que generan la falta de libertad y la enajenación de la responsabilidad en los poderes públicos.

Al final nadie es más rico que nadie porque todos son iguales de pobres, exceptuando, claro está, a los dirigentes de la revolución y su corte de lacayos.

España no es una excepción, muy al contrario. Nuestra historia está llena de intentos democráticos autodestruidos por la sinrazón, la radicalidad y los aires de grandeza de los poseedores de la verdad absoluta.

Últimamente se escucha en nuestro país a grupos, autodenominados de nueva política, con un discurso viejo, rancio, raído por la historia, que llaman a nuestra democracia «el régimen del 78» y descalifican de manera genérica nuestra Transición, tratando con desprecio el proceso de diálogo y consenso sobre el que se asienta la misma para intentar deslegitimarla. Dando lecciones magistrales de radicalidad y ofreciéndonos asaltar el Cielo… Como tantos otros que antes llevaron a sus sociedades a la autodestrucción.

La historia no para de reproducir sus sarampiones.

La principal diferencia con otros momentos históricos está en el método. Antes eran movimientos violentos de entrada. Ahora pasa por intentar ganar elecciones con todo tipo de promesas populistas, después una ocupación absoluta del poder -recuerden los departamentos que quería Pablo Iglesias: televisión, jueces, policía, militares…- y luego rematada por una creciente represión. Así ha evolucionado, por ejemplo, el Socialismo del Siglo XXI en Venezuela bajo el lucrativo asesoramiento de las élites por lo que hoy es Podemos.

Frente a estas estrategias no hay mejor medicina que cuidar la democracia todos los días.

Recientemente los tripartitos que gobiernan el Cabido de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, especialmente los grupos afines a Podemos, han tenido la feliz idea de celebrar el quinto aniversario del 15M convirtiéndolo en actos de proselitismo y adoctrinamiento de esta fuerza política a costa del presupuesto público y poniendo a su servicio la maquinaria del Ayuntamiento y del Cabildo.

Sabido es que Podemos y los movimientos anticapitalistas han considerado el 15M como su origen. La verdad no es así.

La verdad es que la mayoría del 15M la conformaban ciudadanos que protestaban por la situación existente en ese momento, como demuestra que una semana después el PP sacó en las elecciones locales y municipales una mayoría extraordinaria.

Luego existía otro 15M, más organizado, que fue el que perduró en las acampadas de la izquierda más radical y antisistema que ya existía antes de esa fecha, aunque adquiriendo un gran protagonismo.

Si querer detenerme mucho en estos detalles, lo cierto es que la verdad oficial de Podemos es que fue su origen.

Por eso han organizado estos actos que, si fueran intelectual y políticamente  plurales y equilibrados, no habría nada que objetar, pero no es el caso.

Se trata de transmitir la idea oficial de Podemos, y para ello incluso se traen a varios conferenciantes catalanes, muy afines a la plataforma de Ada Colau, alcaldesa populista de Barcelona.

Luego organizan otros actos más festivos, cuyos intervinientes tienen mejores intenciones, pero para la organización se trata de crear una atmósfera propicia para la idea global del adoctrinamiento y el proselitismo.

Lo irónico del caso es que a estos actos los enmarcan en el autoproclamado Día de la Participación Ciudadana, cuando la participación es escuchar a la sociedad, no adoctrinarla ni hacer proselitismo confundiendo las administraciones públicas y las instituciones de todos con el partido.

Antonio Morales y Augusto Hidalgo, por hacer o por dejar hacer, son responsables de este extraordinario ejemplo de burla al papel de las instituciones democráticas y a la democracia misma, como ha puesto de manifiesto la Junta Electoral Provincial al suspender este evento por tener evidentes connotaciones políticas a favor de un partido concreto.

La Democracia tenemos que cuidarla y protegerla todos los días. Que la indiferencia y la comodidad  no nos condenen a perderla.

Felipe Afonso El Jaber, Portavoz del Grupo Popular en el Cabildo de Gran Canaria