Telde es la ciudad con mayor maltrato animal de toda Gran Canaria

Recientemente, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha presentado su adelanto de lo que será la próxima ordenanza municipal de tenencia y protección animal. En la misma se incluyen la prohibición de la venta ambulante de animales, e incluso en locales cerrados.

En el caso de Telde, la ciudad con mayor maltrato animal de toda la isla de Gran Canaria, cada fin de semana se pueden ver en el rastro de Jinámar multitud de animales en venta, sin control alguno. En este sentido, los animales están hacinados en minúsculas jaulas, sin agua, sin comida e incluso con conejos albinos y otros animales al sol directo, sin techo, ni protección alguna.

Leales.org implora a la concejalía de protección animal del Ayuntamiento de Telde a no seguir mirando a otro lado en lo que se lleva haciendo año tras año y la policía local pasando por ahí sin que tomen medidas al respecto.

En el artículo 7 de la ordenanza reguladora de la tenencia y protección de animales, se cita claramente:

7 h) Venderlos a menores de 16 años o a incapacitados psíquicos.

7 i) Ejercer la venta ambulante de animales, sin las autorizaciones reglamentarias.

Además de incumplir el artículo 16.1 El animal llevará necesariamente su identificación censal, de forma permanente.

También se incumple casi todo el artículo 34:

Artículo 34.-

Este tipo de establecimientos deberán cumplir, sin perjuicio de las demás disposiciones legales que les sean de aplicación, las siguientes normas:

1 Estar inscritos en la Sección Quinta del Registro de Explotaciones Ganaderas de Canarias.

2 Estar en posesión de la Licencia Municipal de Apertura.

3 Dispondrán de las condiciones de insonorización e higiénico-sanitarias adecuadas, en función de las necesidades de las especies de los animales que alberguen.

4 Contarán con medios para la limpieza y desinfección de locales, materiales y utensilios, que puedan estar en contacto con los animales sin que ello les suponga peligro alguno. Se deberán efectuar desinsectaciones y desratizaciones de las instalaciones, al menos, semestralmente y siempre que sea necesario.

5 Tendrán instalaciones adecuadas para el alojamiento y contención de los animales, de manera que en ningún momento se puedan producir agresiones entre los mismos, y quede asegurado que no se escapen.

6 Dispondrán de un libro de registro donde conste, fecha de entrada y salida del animal y, como mínimo, especie, raza, edad y sexo del mismo, así como los datos de identificación y documentos justificativos de su procedencia.

7 Contar con un lugar adecuado y aislado para someter al animal a cuarentena, en los casos que sea procedente.

Además de casi todo el artículo 36:

Artículo 36.-

El vendedor deberá entregar al comprador un documento en el que conste:

1 Especie claramente descrita, con su nombre común y científico, sexo, raza, número de ejemplares y marcas o señales de identificación de los mismos.

2 Autocertificación del vendedor que acredite que los animales no presentan ningún síntoma aparente de enfermedad y que la explotación no está sometida a medidas de restricción de policía sanitaria.

3 Compromiso asumido de forma clara y explícita por el vendedor de resolver la compraventa cuando se aprecien defectos o vicios que den lugar a la evicción o al saneamiento, en el supuesto de que el animal, en el plazo de quince días siguientes al de su entrega al c o m p r a d o r, muestre evidencia clínica de padecer algún defecto o enfermedad cuyo inicio o período de incubación hubiera sido anterior a aquella fecha, según se acredite mediante certificado oficial suscrito por un facultativo veterinario.

Se incluye la violación del artículo 40:

Artículo 40.-

El vendedor deberá expedir y entregar factura por la operación realizada.

Y claramente, el artículo 41:

Artículo 41.-

No se permitirá la actividad de compraventa de animales fuera de establecimientos autorizados, ni de forma ambulante en vías y espacios públicos o privados de concurrencia pública, salvo en los mercados o ferias legalmente autorizados (artículo 12.E) Decreto 117/95).

Es por ello que se incumple sistemáticamente la propia ordenanza del Ayuntamiento, semana tras semana, mes tras mes y año tras año… Todo en el Ayuntamiento cuya concejalía es la única en Canarias en llamarse «de Protección animal», nada de sanidad, salud pública o medio ambiente…

Se recuerda además que la ciudad de Telde ha sido mencionada por el seprona en sus redes sociales, para pedir colaboración ciudadana ante varios casos muy graves de maltrato animal, como los ocurridos en el Barranco real. Otra casuística de dicha ciudad es que su Ayuntamiento es el único de Gran Canaria en no adherirse a la Red Canaria de Animales sin hogar.

Telde es la segunda ciudad de la isla de Gran Canaria con más población y la tercera de Canarias. Una ciudad que a punto de comenzar 2019, tiene una ordenanza municipal de protección animal con 17 años de antigüedad, pero que ni actualiza, ni cumple.

Por si fuera poco, el mismo día se conoce la existencia de 2 perros cachorros de raza podenco, en lo que parece un palomar. Dicha instalación, que está al aire libre, se encuentra en Montaña Las Palmas, dentro del término municipal de la citada ciudad de Telde. Según los denunciantes, los dos cachorros están expuestos todo el día, haga frío o calor y no están bien atendidos.

Hace unos meses, diversos medios de comunicación, a raíz de varios partidos políticos locales, se hacían eco de la denuncia en los medios del estado actual del depósito municipal de animales; donde presuntamente tienen techo de amianto y unas jaulas inadecuadas, además de tener los perros con chip durante un excesivo tiempo de enjaulamiento, ya que no han podido localizar a los propietarios y la perrera insular de Bañaderos no recoge animales con chip.

Ante esta desidia institucional con los animales, que roza su maltrato, se hace necesaria un cambio radical de actitud en la concejalía de «protección animal» en todos los sentidos y que seguiremos denunciando, venga de donde provenga.

Si las instituciones no dan ejemplo, es normal que luego los vecinos incumplan la ordenanza municipal y el propio Ayuntamiento pierda autoridad moral, al no poder exigir lo que él mismo incumple.